10 cosas buenas

En un curso que tomé en la plataforma de «México X» (cursos online gratuitos), mencionaron el IDB que es el «Inventario Diario de lo Bueno» o algo así, es algo sumamente sencillo, pero hecho con regularidad, creo que te ayuda a ver las cosas con más optimismo (perfecto para quienes como yo, tendemos a una visión catastrofista).

La cosa es así: debes llevar un registro diario (sin fallas, ¿eh?) de 10 cosas buenas de tu día, no tienen que ser los grandes acontecimientos, pero debes registrar 10 cosas buenas por las cuales puedas estar agradecido a Rá/Jesús/Quetzalcóatl/un duende mágico/el dios de tu preferencia/la vida, puede ser desde el mero hecho de estar vivo, tener vista, tener audición, casa, comida, internet, etc…a un aumento salarial, un momento que te haya hecho feliz, un logro, una nueva amistad, una buena charla con una amistad que ya tengas, una visita a un museo, una fiesta, etc…visto así, ya no es tan difícil llegar a los 10, ¿verdad?…a mi me llama la atención, el mero hecho de saber, que aún en un mal día, tengo más de 10 cosas de las cuales estar agradecida. Cada cosa debe ir acompañada con una breve explicación de que fue lo que hiciste para lograrlo o porque te pasó a ti o porque te hace feliz.

Al final, das gracias a la vida (o a quien creas pertinente) por lo que te sucedió o lograste ese día.

Lo importante de esto, en mi experiencia, es que en primer lugar estas más atento en el día a las cosas que te suceden para poder apuntarlos en tu IDB (alejando las ensoñaciones o fantasías, que al menos a mi, me secuestran muy seguido); y como segundo efecto positivo, te das cuenta que aún las cosas que das por sentadas, son cosas para agradecer, te das cuenta de que no eres tan desgraciado como pareces, eres más afortunado de lo que crees, y el hacerte consciente de ello, el ser agradecido te mantiene en un estado más positivo (ya pondré algunas cosas sobre el agradecimiento más adelante en otro post).

Yo lo llevo en un cuaderno; es buena idea hacerlo en computadora, pero yo soy de la vieja escuela nostálgica que no se quiere despedir de la pluma y el papel, y sinceramente lo recomiendo más así :P, pero en compu no está tan mal.

 

 

 

 

 

Sobre autoconocimiento y autenticidad…

«Para empezar, debes reconocerte tal cual eres. Si lo haces, nunca tendrás que mentir a nadie. Ni a mí, ni a ti mismo. No se puede confiar en las mentiras, porque no te permite confiar en tus amigos. Además, las mentiras no te dejan verte a ti mismo.«

Itachi Uchiha (Naruto Shippuden)

maxresdefault

Naruto es uno de mis animes preferidos de la vida e Itachi es uno de mis personajes favoritos.

Esta frase me agradó y me llegó muchísimo.

“El amor después del amor” de Derek Walcott

mirror3

Llegará el día
en que, exultante, 
te vas a saludar a ti mismo al llegar
a tu propia puerta, en tu propio espejo,
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Otra vez amarás al extraño que fuiste para ti.
Dale vino. Dale pan. Devuélvele el corazón
a tu corazón, a ese extraño que te ha amado
toda tu vida, a quien ignoraste
por otro, y que te conoce de memoria.
Baja las cartas de amor de los estantes,
las fotos, las notas desesperadas,
arranca tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Haz con tu vida un festín.

A veces somos demasiado críticos, duros y malvados con nosotros mismos, el amor propio es crítico en nuestras vidas, la falta de él, es detonador de un sinfín de problemas como depresión y ansiedad. Creo que para salir de ellos recuperarlo es clave…ahora que, se dice fácil, pero en la práctica no lo es tanto…de repente nos imponemos estándares taaaan altos, que al no alcanzarlos (por ser de entrada tan irreales), nos odiamos y nos rechazamos, pensamos que no merecemos nada y en mi caso al menos, pensamos que los demás también nos rechazarían si se enteraran…algo curioso en mi caso, es que sólo soy así conmigo, con los demás soy muchísimo más comprensiva, y eso realmente me da vergüenza confesarlo…U_U

No sé bien como se haga esto de aprender a amarse a uno mismo, pero tengo la idea de que se trata de irse conociendo a uno mismo…yo cometí el error de pensar que por ser yo, obviamente me conocía, pero realmente no es así, he pasado demasiado tiempo intentando callar mi voz, ignorándola para pasar por «normal», adoptando ideas o cosas pre-existentes antes que intentando innovar o dejar fluir mis ocurrencias, intentando adaptarme, intentando no ser vista, intentando no fallar…que al parecer me hice callar…y relativamente hace poco intento descubrir que es lo que realmente me gusta, me llena, me interesa. Sonará tonto, pero debe ser como cuando una madre ve a su bebé dar los primeros pasos. Siento emoción jaja de hecho lo voy anotando en un cuaderno :P. Ya contaré un  poco más de eso luego.

Y lo más difícil, creo que es mostrarte tal cual eres y decir la verdad. Llevo mucho tiempo intentando pasar desapercibida, que me amoldo a quien esté, evito cualquier confrontación…no me muestro, no soy auténtica, no digo lo que realmente pienso (por temor a que me rechacen o ridiculicen), muy seguido miento, sólo escucho, soy espectadora…y eso, es lo que realmente me hace querer cambiar.

Intentaré ser más yo, sin importar lo que piense, sin negarme, sin mentir. A ver como me va.

Poema visto en:

http://www.elmalpensante.com/articulo/2105/el_amor_despues_del_amor

Actualización: Encontré esta imagen en Pictoline, sobre el poema.

El amor despues del amor

(Imagen de pictoline)

 

Polizones

Desde hace más de 10 años he estado viviendo con un polizón en mi cabeza llamado «depresión», que ha trapeado el suelo conmigo. En algún momento la vida dejó de darme placer y emoción, dando paso al miedo y la desesperanza. El mundo de repente se volvió insípido, mis motivaciones que antes me hacían esforzarme al máximo, ahora me parecían hasta cierto punto ajenas, como si fueran de otra persona, o de una vida anterior, ya no tenía motivos para esforzarme tanto. La vida misma perdió su propósito, e intenté infructuosamente de darle uno. Y si nada vale la pena…¿por qué esforzarse?…Todo eso, no es raro en una adolescente, pero lo peor vino cuando entonces la adolescencia, al menos mentalmente, no terminó…al parecer, me sigue aún hoy a mis 27 años. Muy seguido, a pesar de jamás haber pensado en la posibilidad de un suicidio, pienso en que no estaría mal que mi vida terminara así, de repente. Me despierto sin ganas de vivir, como queriendo quedarme en la cama todo el día, culpándome por no poseer energía, motivación, de no aprovechar la vida que tengo.

Hay subidas y bajadas, pero mi estado anímico basal esta por debajo de lo que podríamos llamarle «normal». Como sea,  ya me estaba acostumbrando a eso, pensaba que tal vez así era mi personalidad tal vez, triste y desanimada. Entonces, hizo su aparición, otro polizón llamado: «trastorno de ansiedad generalizada»…y empezaron estos episodios de sudores, palpitaciones, desesperación, pánico, y ganas inmensas de llorar ante estímulos insignificantes. Llegaron los terribles miedos a cosas que antes me hubiesen parecido risibles o indiferentes (hablar en público, pagarle a un cajero, mirar a la gente a los ojos, entrar a una tienda, conocer gente nueva, salir a la calle, etc…todo generalmente muuuuy relacionado a la gente). En algún momento me recetaron fármacos (que no hicieron más que empeorarme) y que terminé dejando. Y de la terapia…en fin, me da pena decir que en algún momento me dio miedo lo que la psicóloga pensara de mi y dejé de ir.

Suena ridículo, pero es increíble cuan incapacitante es una cosa que no se puede ver…es terriblemente cansado, termino el día molida aunque no haga gran cosa, termino cansada de estar tooooodo el día alerta, angustiada, como cuidándome de una bestia ficticia, lista para correr…como si estuviera en el borde de un acantilado, a punto de saltar con miedo a las alturas…y mi cuerpo lo refleja, noto extremidades frías, palpitaciones, tartamudeos, temblores…y eso todo el día, de alguna manera cansa, no sé muy bien como. Encima, me cuesta conciliar el sueño y despierto cansada. Aunque en un principio intentaba que nadie se diera cuenta (porque al menos a mi no me gustaba andar como María Magdalena por la vida, con la nubecita negra en la cabeza) con el tiempo es cada vez más difícil fingir alegría y buen humor…en este momento me cuesta fingir hasta un estado de tranquilidad. Evito a la gente porque tengo una susceptibilidad exacerbada, cualquier cosa me pone a llorar y no quiero hacerlo frente a la gente. Esto me ha llevado a un desastre apoteósico academicamente hablando, la angustia excesiva me ha llevado a evitar clases, examenes, por miedo a los compañeros, exponer, el profesor, o cualquier minucia.

Por que sí, lo sé es ridículo, pero con el tiempo estos polizones te hacen creer que eres tú el que es así, el desanimado, apático, patético que no hace nada…todos los fracasos a los que te llevan te hacen pensar que por muy inteligente que te creyeras antes, eres tonto, inútil, incapaz, inferior a cualquiera, sin talentos, que encima ni siquiera cree en si mismo ni se quiere…y los demás se dan cuenta enseguida o se darán cuenta en cualquier momento y te despreciarán por ello. Y te profetizan que en todo lo que intentas fallarás, y te siembran miedo para que al final, si, la profecía se cumpla, y te des cada día más cuenta de cuan poco vales la pena, de cuan inferior y diferente eres de los demás, pfff…un desperdicio de oxígeno…

No, no tengo más enemigos que los que están en mi cabeza…pero ellos son lo suficientemente fuertes para detenerme, no me queda duda de que son los más formidables enemigos que tendré en mi vida…porque así me lo han dejado ver hasta ahora. Nunca otro enemigo fue capaz de dejarme tirada en la cama.

Sin embargo, creo firmemente (con lo cursi que pueda sonar) que hay algo que me viene a enseñar. Si supiera esta(s) cosa(s)/lección(es), probablemente no habría entrado en esto, pero dado que no lo sé, se hizo presente. Con el tiempo me he dado cuenta que tiene que ver con como interpreto los estímulos de una manera negativa, de como mi mente me engaña y exagera, y es necesario reeducarla, combatirla, hacerla realista, porque es obstinadamente fantasiosa, pero tiende al lado obscuro. Sospecho también que va sobre aceptarme, conocerme y confíar en mi, autoestima (asunto con el que siempre he tenido conflictos). Tiene que ver con relajarme, dejarme fluir, no idealizarme ni exigirme ser como ese enfermo ideal. Tiene que ver con un deseo enfermizo de perfección, y la determinación de no quedar mal nunca «ante los demás» a cualquier coste, incluso poniendome en segundo término.

No basta darse cuenta de ello, cierto. Pero creo que es parte de la batalla, un paso importante darte cuenta de tus fallos, y tratar de entonces, trabajar en ellos. Y es difícil de hacerlo aún sabiendo, pero poco a poco creo que voy dando pequeños pasitos…